martes, 20 de septiembre de 2011

Siendo Sabios En Cristo

Bienaventurado el hombre que halla sabiduría
         y el hombre que adquiere entendimiento.

Porque el que me halla, halla la vida, y alcanza el favor del SEÑOR.
  
Así dice el SEÑOR: No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues yo soy el SEÑOR.

El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR, y el conocimiento del Santo es inteligencia.

Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo.

En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Mío es el consejo y la prudencia,  yo soy la inteligencia, el poder es mío.

Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención.

El fruto del justo es árbol de vida,  y el que gana almas es sabio.

Pr. 3:13;  8:35   Jer. 9:23,24   Pr.9:10   Fil.3:7,8   Col. 2:3   Pr.8:14   I Co. 1:30   Pr. 11:30